martes, 17 de marzo de 2015

Proyecto los castillos

En la clase de mi hija, han decidido que mientras trabajan el tema de los castillos van a avanzar en los temas curriculares. Mi hija va a primero de primaria.

Tengo la extraña manía, de mirarme en el espejo de mi hija y ver qué relación tuve yo con lo que la piden  y ver si mis soluciones pueden servirle a ella para tener una vida más fácil o no.

Asique en este espejo rememoré que yo si tenía un pasado con los castillos, no fueron nunca mi propiedad, porque eran propiedad de mi hermana mayor, pero pude jugar con ellos todo lo que quise y más porque al final y con el devenir del tiempo acabaron siendo míos y con el mayor devenir todavía del tiempo, acabaron siendo propiedad de mi hermana pequeña y hoy ya tenemos un vago recuerdo de dónde pueden estar, en algún pueblo, pero desde luego que no están a la mano...


A parte de la propiedad, que en mi casa era algo, casi sagrado, recuerdo también los grandes momentos que pasé entretenida con aquellos juegos de construcción, montando uno tras otros los bloques de castillos, sería una gran idea y un gran juego para mi hija, seguro que le ayuda a desarrollar la sicomotricidad fina, esa que tanto nos está constando conseguir, y me imaginaba en sus manitas aquellos bloques de ladrillos... vaya me pongo a mirar por la red y descubro que ya no hay juguetes Exin castillos en las tiendas... pero bueno...cerraron en 2007.

Ya solo quedan a través de la red comprarlos de segunda mano y si lo quieres de cierta calidad, es decir con todas las piezas gastarte una pasta gansa...

Vaya, me dió un bajón, yo que quería que mi hija disfrutara de la misma forma que yo con aquellas piezas, pude comprar dos lotes de 900 kg en ebay y para jugar no estaban mal, pero para construir un castillo entero se quedaban corto.

Entonces y después de dejar de lado mi plan A, tuvimos que ponernos manos a la obra con el plan B, la idea era que mi hija se implicara en la construcción del castillo y que a la vez conociera las partes de este. Otro objetivo era que se empleara material reciclable, porque el segundo uso de las cosas está ahí, a ver si entre todos se puede conseguir una sociedad menos consumista. El tercer objetivo era que quedase ordenado y lo más bonito posible, asique para estos dos últimos objetivos íbamos a utilizar goma Eva.

El resultado es este. Esther disfrutó muchísimo, hicimos el castillo con tetrabricks, cartones varios y latas redondas para los torreones, Entre las dos pintamos todos los elementos, eligiendo colores alegres, porque no íbamso a olvidar ni la imaginación ni los 6 años de mi hija. Al trabajar el pincel también creo que la sicomotricidad fina, se quedó un poco entre nuestros dedos. cortamos los tejados, las almenas, usamos pegamento y el resultado fué el siguiente:

Mi hija en uno de estos momentos en que le parecía demasiado el esfuerzo de pintar tantísimos metros de murallas, que eran pocos centímetros pero que en 6 años parecían eternos, tuvo la brillante idea de coger una tijera de corte rugoso e ir haciendo cortes a una cartulina, hizo una especie de bandera aprovechando unos palos de polos que estaban por allí, de la caja de manualidades y nada, me pareció una idea fantástica. Pusimos cuidado en incorporar todos los elementos que tenía un castillo de un esquema muy chulo que había por la red. Y el resultado final nos quedó muy resultón.

Tenía de todo: Torre del homenaje y su torre caballera, foso, puente levadizo, barbacana, almenas, patio de armas, torreones, camino de ronda.

Nos faltó el dragón, pero como no existían en la realidad no nos hizo falta. Nos faltó también, que su papá se implicase en el proyecto, pero como seguramente habría que haberlo hecho a una escala real, usando ladrillos impresos y con ojo exacto de ingeniero, preferí su ausencia a que Esther no participara como lo hizo, embadurnándose y escribiendo cada una de las banderas. Así el proyecto, aunque fue un poquito mío, es sobre todo suyo, porque para eso lo hicimos.

Hasta en un arranque de ilusión me fuí a una juguetería y compre unos cuantos cliks de playmobil, para que tuviera caballeros y un arquero. Pero en un alarde de sensatez dejamos los muñecos en casa, porque si iban a clase muy probablemente, por experiencias pasadas no habrían vuelto enteros y luego nos daría mucha rabia.

Esther estuvo jugando muchísimo tiempo y aunque no pudieron ser castillos como los de Exin, no me cabe duda de que disfrutó como nunca.